martes, 6 de abril de 2010

Martes 23 de marzo de 2010


El pasado martes día 23 de marzo de 2010 no pude asistir a clase ya que fui invitada al instituto Valle Inclán, para hablar sobre mi experiencia en la carrera en unas jornadas de orientación profesional que están teniendo lugar en dicho instituto.
Ya que en parte estas charlas están relacionadas con la carrera y por ella no pude asistir a la exposición de mis compañeros, me gustaría al menos compartir mi experiencia en el blog.
Lo cierto es que me llamó poderosamente la atención la cantidad de personas que estaban interesadas en Trabajo Social, Educación Social o la conjunta. En un primer momento pensé que de estar allí estarían perdiendo otra clase y que por ello asistía tanta gente (alrededor de 30 personas); pero según nos informó José Luis (el orientador del centro), era la hora del recreo, por lo que realmente las personas que allí se encontraban era porque querían estar.
Nuevamente, y eso no fue ninguna sorpresa, la mayoría de los asistentes eran mujeres; y al acudir con mi cuñada (que es Trabajadora Social), la "pregunta estrella" de la sesión fue cuál era el sueldo medio de un educador o de un trabajador social.
Lo cierto es que considero, y así fue lo que expresé, que esta carrera es muy vocacional, y que realmente con ella no te vas a enriquecer de dinero, pero que sí puedes hacerlo personalmente, de espíritu y de mente.
Muchos, al igual que nos ocurría a casi todos cuando comenzamos la carrera, no tenían muy claro cuál era la diferencia entre las funciones del educador y las del trabajador social; así como cuáles eran las salidas profesionales que se obtenían.
Lo cierto es que en este punto yo misma me sorprendí, puesto que sabía que la pregunta surgiría y había llevado algunos documentos de distintas universidades de España que los citaban; y ciertamente eran muchos y muy variados.
Por último los chicos nos pidieron que contásemos alguna anécdota de la carrera o de lo laboral (a mi cuñada en este sentido, ya que yo carezco de esta experiencia). Y finalmente, tras conocer nuestros relatos, 5 de esas alumnas dijeron tener claro que era la carrera que querían cursar, por lo que tanto mi cuñada como yo, nos sentimos bastante "realidas" de haber contribuído, aunque fuese mínimamente a esta decisión o al menos a aclararles aquellos aspectos en los que pudiesen tener más dudas.

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