martes, 8 de junio de 2010

Terapias asistidas con gatos


Como ya he mencionado en la publicación anterior, en el libro "El encantador de gatos" de Carlos Rodríguez, hay un capítulo dedicado a las terapias asitidas con gatos (en la publicación anterior lo he utilizado para hablar de autismo). Puesto que es un capítulo muy interesante, está relacionado con nuestra asignatura (pues se trata de intervenciones con colectivos con los que nosotros trabajamos) y creo que nadie hasta el momento ha hablado de terapias con animales en su exposición, adjunto en esta entrada en qué consisten estas terapias (los colectivos concretos los utilizaré cuando realice la entrada de tales), de forma general.

"Las terapias asistidas con animales están basadas en la participación de éstos en terapias con personas con estados de salud delicados, problemas físicos y mentales...
A través de la interacción con el animal, se mejora la reinserción social, se consigue que los enfermos expresen sus sentimientos, siendo las mejorías generales conseguidas muy notorias a todos los niveles.
Tradicionalmente relacionamos a los perros, sobre todo a los labradores o los Golden Retrevier, con estas funciones y estos cometidos, puesto que todos tenemos la imagen de estos animales ayudando a las personas ciegas a desenvolverse por el mundo.
Pero los animales de terapia dan un paso más y no ayudan exclusivamente a las personas a desarrollar su trabajo o a ser independientes, sino que lo apoyan física y psicológicamente.


Un poco de historia
Muchas civilizaciones han asociado al felino con la curación. Entre ellas las civilizaciones egipcias y fenias, que creyeron que losgatos podían curar algunas dolencias.
Más adelante, en el siglo XVII, la mayoría de las instituciones mentales de Europa incluían a felinos en sus terapias, porque ayudaban a los pacientes a tranquilizarse y superar sus crisis. Esta capacidad fue estudiada y los felinos entraron en las escuelas y guarderías de Estados Unidos para hacer que los niños estuvieran más tranquilos y centrados.
Incluso algunas celebridades del mundo de la psicología y la medicina, como Sigmund Freud, utilizaban animales en sus consultas para que los pacientes se relajasen y dejasen fluir sus sentimientos e inquietudes de un modo mucho más natural y espontáneo.
Debido a las características especiales de este tipo de terapia hay que tener muy presentes los siguientes puntos:
- No debemos pensar en la terapia con animales como único tratamiento, sino como una terapia complementaria con la medicación, terapias "clásicas", etc. Asimismo, es deseable que los profesionales estén en contacto continuo y se comuniquen los avances entre ellos.
- El animal debe estar correctamente vacunado y desparasitado. Sobre todo si las visitas se hacen en centros hospitalarios o residencias, las medidas sanitarias deben ser escrupulosas.
- Durante toda la actividad el animal tiene que estar acompañadp por un terapeuta que conozca al gato y tenga una buena relación con él. Normalmente suele ser su dueño o la persona que convive con el animal, para que el vínculo sea lo más fuerte posible. De este modo podrá controlar al animal y saber si está cansado o molesto.
- Para que la terapia funcione debemos hacerlo todo de un modo muy relajado. Es decir, nunca podemos presionar a una persona a que se acerque al animal, juegue con él u obligarle a que lo coja en brazos. Debemos tener presente que una mala experiencia, como un arañazo, puede acabar con la terapia.
- Al tratarse de dos seres vivos, no podemos fijar el tiempo que durarán las sesiones, puesto que éste dependerá de distintas variables: el estado de ánimo de la persona, del animal, los ruidos e interferencias ambientales...
Los animales, en general, estimulan el desarrollo socioemocional, permitiendo una mayor alerta mental y una evolución significativa del desarrollo de las emociones. Por este último punto es aconsejable este tipo de ayudas en las terapias con personas que han sido maltratadas.
Al igual que las personas, el bienestar del felino es primordial, puesto que estamos hablando de animales sometidos a situaciones de estrés, que deben tener sus momentos de relaz y juegos alejados de los enfermos o de los pacientes. Por este motivo, los cuidadores de los felinos deben ser gente experta y profesional, que sepa perfectamente cómo tratar al animal.
Las terapias en grupos suelen ser más eficaces porque se refuerzan dos vías. Por un lado, cada individuo gana en seguridad en sí mismo, liberando su estrés y emociones, y por otro lado, gracias al animal se crea una relación de amistad o complicidad entre los asistentes al grupo, que pasan a tener algo en común y les ayuda a abrirse entre ellos. Este fenómeno se ve a la perfección en personas sometidas a situaciones muy difíciles, como por ejemplo su reclusión en la cárcel o en un psiquiátrico.

Beneficios de la terapia asistida con gatos:
- Los animales son el cauce principal de comunicación entre el terapeuta y la persona enferma. Además, si ésta se muestra reticente a la consulta o al tratamiento, hablar del animal puede suavizar la situación y hacer que el acercamiento cueste menos.
- Potencia el sentimiento de empatía, esto puede ser muy útil en personas con problemas mentales o en situaciones críticas, como niñois que viven en barrios marginales o reclusos.
- Muchas personas al estar enfermas o atravesando una situación difícil, sólo piensan en sus problemas, su enfermedad, su dolor... Al estar en contacto con un animal es mucho más fácil que varíe el enfoque y su mente piense en otros asuntos, como en el animal y en su bienestar.
- Las residencias de ancianos, las cárceles o los psiquiátricos nunca se han caracterizado por un ambiente acogedor. Los animales pueden invertir enormemente esta situación. Por ejemplo, en las prisiones donde han entrado animales, el nivel de violencia ha disminuido significativamente.
- Los animales no emiten juicios, no prestan atención a nuestros defectos. Esto es esencial para las personas con una autoestima baja o muy inseguras, puesto que ante su mascota se muestran tal y como son.
- El contacto físico es fundamental para desarrollar la salud mental y el crecimiento emocional de una persona, lo que hace que sean muy eficaces con los niños y las personas con diversos problemas de autoestima.

Ética en el uso de animales como herramienta terapéutica
Estamos hablando de animales, de seres vivos que tienen que trabajar y desarrollar una función en la que en ocasiones está sometido a situaciones de estrés.
esto hace que mucha gente se muestre reticente al uso de animales para fines terapéuticos, aunque debemos tener muy claro que si el gato toene las carácterísticas óptimas, si está bien cuidado y todas sus necesidades (físicas y conductuales) son satosfechas, en ningún caso el desarrollo de la función será perjudicial o traumática para el animal, más bien, todo lo contrario.
Siempre debemos tener claro que el beneficio ha de ser mutuo, no sólo tenemos que pensar en el paciente y en su bienestar.
antes de comenzar la actividad es necesario:
- El establecimiento de un vínculo entre el paciente y el animal.
- Los profesionales que intervengan en la terapia (terapeutas, psicólogos, psiquiatras...) deben conocer el comportamiento del gato para evaluar las posibilidades de su empleo como medio terapéutico y trabajar conscientemente.
- La interacción paciente - animal debe ser planificada evaluando las necesidades de ambos.
- Debe proveerse adecuada atención a la salud física y comportamental del animnal, brindándose descando y alimento varias veces al día en un lugar apartado de la actividad.
- El gato no debe ser sometido a maltrato, incomodidad y estrés físico o mental, el trato debe ser amable y afectuoso. Hay que suspender la sesión terapéutica si la interacción está estresando al animal.
Si un paciente, intencionadamente o no maltrata al animal, sus necesidades bvásicas deben respetarse- Frente a cualquier evidencia de abuso o maltrato ha de terminarse la relación con el paciente.
Al finalizar la intervención terapéutica del animal, todos los involucrados (paciente, profesionales y animales) deben haberse beneficiado con la experiencia.

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